jueves, 12 de marzo de 2009

Eran sólo ellos dos. Dos jugando al amor, niños que aprendieron a amarse. Quién lo diría de esos que nunca nadie se imaginó juntos.
Ahora ella vive por él. Èl vive por ella.
Crecen, descubren, juegan, aman, ven, se divierten. Hacen del mundo una burbuja perfecta para ellos dos. Y la cuidan.

-Quédate conmigo.
-Jamás me iré de tu lado princesa.
-Me lo prometes?
-Mientras respire, seré tuyo. Esa es mi promesa.

Y ella envolvió esa promesa entre nubes y la guardó en su cajita de cristal.

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